"…Me harían falta también los malvas y los ocres. Los ocres para cuando el día comienza a empalidecer… Y los malvas, los violetas y los morados para cuando el cielo lleva viento y hay nubes grana y nubes violeta rizadas y nubes cinta blanca. Estos colores son preludio del azul indefinido, y el azul indefinido del azul negro de la luna, porque todo va hacia el negro, desdibujándose los contornos, dejando de ser a la vez, para volver a nacer mañana poco a poco, primero las cabecitas y después los cuerpos, hartos de noche, de sueños, de rocío…"