"A finales de 1876, el profesor Franz Boll (1849-1879) descubrió que la capa externa de la retina posee un color púrpura. Halló que esta superficie se blanqueaba al ser expuesta a la luz, pero retomaba su color original en la oscuridad. Este color púrpura, que Boll llamó sehpurpur (púrpura del ojo), desaperece inmediatamente después de la muerte"

jueves, 30 de enero de 2014

Puerto Metafísico 2 y 3

Una determinación relativa, –piensa. Con cuatro basta, si rebaso el límite volveré al inicio y seguiré dando vueltas sobre el mismo eje sin solución de continuidad... 
Cuatro es el número que cuelga en su pared: un cuatro de trazos gruesos y rojos, como alertando o incitando a la acción. 
Ya lo pensaron los sabios… y ahora lo constatan experimentos almacenados en imágenes computarizadas… (más de cuatro es multitud). Hay un punto en la vida en que es preciso sentir y amar el límite, amar cada una de las posibilidades limitadas en número y forma que nos brinda esta especie de destino semideterminado. Para llegar a puerto y rebasar la curva del número dos solo tengo que fijar mi vista en el horizonte y emprender la marcha. (Hasta que no perciba el cansancio, –piensa–, no determinaré si he avanzado). 

(…)

Han pasado más de diez días y aún sigue en movimiento. La determinación dio paso al cansancio y con el cansancio pudo determinar que estaba avanzando. A cada paso que daba comprendía con mayor exactitud en qué consistía su vida. Al principio sintió el vértigo; luego asumió el error de cálculo y, finalmente, se creyó un proyecto inacabable. Supo entonces que las ganas de ver nuevos horizontes le llevarían a puerto y que, inacabable, inabarcable, inefablemente, su vida habría tenido sentido. 

martes, 28 de enero de 2014

DOS rectas nuestras vidas
matemáticamente.
Tú y yo en el zenit
de lo bello y lo justo,
con blancura de nieve,
azul puro de aire.

Dos rectas nuestras vidas:
azul puro de aire,
blanco puro de nieve
matemáticamente.

Y el amor ¿en la nieve?
Y el amor ¿en el aire?
Curva tu recta exacta
y hacia el amor decae
¡Amor! ¡Curva parábola!
en la nieve y en el aire.

(Fernando Villalón)

martes, 21 de enero de 2014

Azul último

...y fundido con el sol reina un sueño de sonido a mar...



Se dejaba llevar por ti Antonio Vega. (In memoriam).

Especial dedicación:

por la desnudez y la ternura de quien no se impone.
(El Arte es amor infinito).

* * *

sábado, 18 de enero de 2014

Puerto Metafísico I

Aun visualizándolo, cree que nunca podrá llegar a puerto. Puerto Metafísico, se dice. En mi mente, casi todo es irrealizable, como una densa niebla que destiñe colores y hace inverosímil la forma de cualquier objeto cercano... 
Interpone una barrera translúcida entre los propósitos postergados y su capacidad de acción. Se confecciona laboriosamente todo un repertorio de angustias y excusas, a modo de muro de contención, para no darse de bruces con las promesas delirantes que un día se lanzó a la cabeza. Ya no me creo, repite desganado. Nada. Pero al mismo tiempo, vuelve a pegar con cinta adhesiva esas ocurrencias sobre el entramado de su muro de contención. Cada día se asemeja más este muro de papel a una pared. Ahora solo queda pintar una puerta.


miércoles, 15 de enero de 2014

Interludio XII

"Hay hombres para quienes la vida es de una facilidad extraordinaria. Son algo así como una esfera que rueda por un plano inclinado, sin tropiezo, sin dificultad alguna.
¿Es talento, es instinto o es suerte? Los propios interesados aseguran ser instinto o talento; sus enemigos dicen casualidad, suerte, y esto es más probable que lo otro, porque hay hombres excelentemente dispuestos para la vida, inteligentes, enérgicos, fuertes y que, sin embargo, no hacen más que detenerse y tropezar en todo.
Un proverbio vasco dice: El buen valor asusta a la mala suerte. Y esto es verdad a veces..., cuando se tiene buena suerte."

[Zalacaín el aventurero. Fragmento]

viernes, 10 de enero de 2014

Azul místico IX

Se alejó de la tela en blanco y fue a fumarse un cigarrillo al otro extremo del taller, se asomó a la ventana que daba a un patio interior por el que podía oírse en la radio de un vecino una canción de amor que hablaba insistentemente del azul del cielo. Decidió que el azar acababa de prestarle una ayuda y que sería el color azul el que predominaría en Puerto Metafísico. Pero le faltaba resolver todo lo demás, el resto del cuadro.
[…] 
Así fue como Julián dio por sentado que, abriéndose camino entre la intrincada maraña de su imaginación, el cuadro de Puerto Metafísico había comenzado felizmente a existir. Pero cuando fue a mirar de nuevo la tela en blanco, se dio cuenta de inmediato de que continuaba sin saber por dónde empezar. ¿Por el azul intenso del cielo? ¿Por un barco que atracaba en un puerto que no acertaba a imaginarse? Sin puerto, ni el cielo ni el barco tenían demasiado sentido. Hizo un último esfuerzo por imaginar el puerto y lo único que logró fue evocar imágenes del pasado que se estrellaron en su cabeza como aviones llovidos de un cielo intensamente azul. Entonces, se consoló diciéndose que aquél sin duda no era su día pero que no pasaba nada grave, ya que después de todo nadie iba a enterarse.

[E. Vila-Matas: El viaje vertical. Fragmento]

lunes, 6 de enero de 2014

Interludio XI

A veces lo piensa; coge un periódico mal doblado y se sienta encima. No sabe muy bien cómo reaccionar ante la gente que está a su lado comiendo de más y bebiendo vino. No sabe cómo comportarse estos días ni de qué hablar, y a veces piensa que no sabe comportarse a secas. Por eso solo mira atónito a la gente que viene y va por las calles encendidas. Sin preguntar. Coge un periódico mal doblado y se sienta en la barra de una cafetería. No entiende muy bien de qué va el asunto de la navidad ni del año nuevo ni de las compras compulsivas de última hora. Sólo le han encargado un regalo, pero no consigue recordar para quién era.
(...)