"A finales de 1876, el profesor Franz Boll (1849-1879) descubrió que la capa externa de la retina posee un color púrpura. Halló que esta superficie se blanqueaba al ser expuesta a la luz, pero retomaba su color original en la oscuridad. Este color púrpura, que Boll llamó sehpurpur (púrpura del ojo), desaperece inmediatamente después de la muerte"

jueves, 9 de mayo de 2013

Vive, luego olvida

Hace poco me tropecé con un eslogan publicitario de una marca de coche. En principio lo único que me llamó la atención fue eso, ni siquiera reparé en la apariencia del coche... Cuando lo visualicé por segunda vez comprendí que era un mensaje potente, más potente incluso que el coche en cuestión. El lema era el siguiente: CAPTURA LA VIDA. Un poco antes, una voz en off decía: …dvd’s, tarjetas de memoria, discos duros, la nube… Queremos guardar nuestra vida, pero antes de almacenar recuerdos, tienes que vivir…

Me llama la atención la proliferación de este tipo de anuncios. Lemas publicitarios que seducen a primera vista por la radicalidad de su contenido, cuando en realidad lo que presentan es un producto cotidiano como otro cualquiera. Se dan inferencias a menudo descabelladas: para disfrutar de la vida es imprescindible tener un coche con unas características determinadas que, paradójicamente, tienen bastante que ver con lo que los mismos publicistas consideran opuesto al hecho de vivir plenamente. Son contradicciones de esta vida ultramoderna, exigencias del guion... 


Antes de almacenar recuerdos tienes que vivir; 
tienes que hacerlo porque yo te lo ordeno, 
y para conseguirlo necesitas este coche con conexión a Internet, 
así no perderás detalle de lo que se cuece en la vida virtual, 
esa que te impide vivir plenamente, 
esa que te permite estar conectado aquí y ahora, sin límite… 

Vivo, ergo olvido. 


(Sin que me olviden)