Al contemplar la realidad desde otra perspectiva algo más alentadora quizá nos ceguemos por momentos con la visión deslumbrante de una vida trascendental en potencia y dejemos un poco aparcada la imagen cotidiana de nuestras circunstancias actuales.
Podemos fantasear durante unos minutos con esta idea de trascendencia, pero sin demorarnos demasiado, porque tendremos que regresar de nuevo a nuestra rutina de reloj, de horarios pautados y apuntados digitalmente en nuestros dispositivos móviles interconectados y luminosos. Podremos fantasear con esta idea durante algún rato, el que nos quede entre pitido y pitido, entre llamada y alarma, entre pantalla y pantalla.
O quizá podamos fantasear con vivir una vida virtualmente trascendente; mezclar dos modos de mirar, desde dos posibles ángulos. Ser a un tiempo de carne y a otro tiempo de hueso.
(Yo sé que la Vida es mucho más simple, pero cada día nos lo complican más).
(Yo sé que la Vida es mucho más simple, pero cada día nos lo complican más).