El azul, cuando se apaga, se vuelve taciturno y nostálgico. Es un blues que suena en mitad de la noche. El azul melancólico podría ser el color de los románticos que se dejan arrastrar por un sentimiento trágico ante la visión de un amor inalcanzable, pero yo creo que la melancolía se acerca más al naranja, porque un paisaje sosegado de otoño refleja de un modo más sutil la tristeza resignada y atávica del hombre. Lars von Trier retrata su particular Melancholia en azul. Un azul luminoso que sigue siendo igual de bello, a la vez que inquietante y destructor... Sin embargo, el color púrpura es el melancólico por excelencia, quizá por ser el resultado de la combinación de matices rojos y azules, (eternos rivales en un sistema petrificado de alegorías).
No hay comentarios:
Publicar un comentario