Pero, ¿qué se gana siendo más rápido?
Supongo que los lentos o menos rápidos estamos especializados en restar. Sabemos que para llegar a conocer algo necesitamos tiempo y una dosis más o menos elevada de concentración, que sería imposible alcanzar mediante la multitarea o exceso de ruido informativo. También somos conscientes de que menos es más: sabemos que nuestro tiempo es limitado y, por tanto, experimentamos a diario los beneficios de la renuncia. Intuimos que nuestra atención es un recurso escaso, y precisamente por eso, huimos de la sobrecarga informativa.
Hay gente que puede vivir creyendo que la suma, además de acumulativa, es ilimitada. Los que no hacen más que correr, los que ganan en esta sociedad gobernada por la prisa y la acumulación de objetos y datos, son sin duda los más fuertes pero también los menos libres.
1 comentario:
Tú y tu cuaderno de bitácora sois un inteligente trabajo en marcha. No me gustan los ditirambos ni los desmesurados elogios y auto-bombos bloggerinos. Pero...¡qué grata sorpresa! ¡Voto a Bríos!
Publicar un comentario