"A finales de 1876, el profesor Franz Boll (1849-1879) descubrió que la capa externa de la retina posee un color púrpura. Halló que esta superficie se blanqueaba al ser expuesta a la luz, pero retomaba su color original en la oscuridad. Este color púrpura, que Boll llamó sehpurpur (púrpura del ojo), desaperece inmediatamente después de la muerte"

jueves, 23 de octubre de 2014

My own Recipes (nº4)

En tierra do los vicios van tan llenos,
aquellos hombres que no son peores,
aquellos pasarán luego por buenos.

Yo no ando ya siguiendo a los mejores;
bástame alguna vez dar fruto alguno;
en lo demás, conténtome de flores.

No quiero en la virtud ser importuno,
ni pretiendo rigor en mis costumbres;
con el glotón no pienso estar ayuno.

La tierra está con llanos y con cumbres;
lo tolerable al tiempo acomodemos,
y a su sazón hagámonos dos lumbres.

[Juan Boscán]

AMÉN 
[del siglo XVI a octubre de 2014]

lunes, 20 de octubre de 2014

Useless pretentions

While you wait for the others... to make it all worthwhile 
All your useless pretentions... are weighing on my time



While you wait on the answers... that I'll pretend to find 
Keeping up with emotions... still occupies our time
[...]

viernes, 17 de octubre de 2014

My own Recipes (nº3)

Busca la corrección en lo irreparablemente imperfecto. 
(Otra de las paradojas del ser humano).

1. Hay cosas que se nos asignan casi desde el momento en que nacemos (no quiero caer en el determinismo eximente o en el victimismo desalentador) y que poco o nada podemos hacer a lo largo de nuestra vida para modificarlas o procurar su perfeccionamiento. 
2. Hay otras cosas que torpemente fastidiamos a lo largo de la vida y que poco o nada podemos hacer para corregirlas una vez se tuercen. 
3. También hay otras cosas que se nos estampan en toda la cara en un momento dado de la vida y que poco o nada podemos hacer para modificarlas o eliminarlas de un plumazo.

Hay circunstancias que tristemente no podemos "salvar" porque nos superan en naturaleza, tamaño, fuerza, complejidad... Estas tres generalizaciones expuestas sirven de ejemplo. No obstante, más frecuentemente de lo que desearíamos, nos focalizamos en ellas como si fuéramos grandes mentalistas y pudiésemos hacer magia de la buena para cambiarlas. El fin último de este empeño se me revela en forma de intuición: nada de lo que hacemos –de lo que inventa la mente humana– es gratuito (según las últimas estimaciones cerebrocentristas), todo tiene su razón de ser aunque vaya radicalmente en contra de nuestros ideales de belleza y bondad, o de nuestro anhelo (mucho más racional que emocional, si me permiten esta falsa dicotomía) de felicidad. Seguro que quien esté leyendo estas líneas también lo sabe. Todos podemos intuirlo porque es connatural al ser humano: el movimiento es generado (casi siempre) por un estado permanente de insatisfacción

Simplificando casi pornográficamente una cuestión tan delicada, podría decir que la insatisfacción es esa implacable sensación que a muchos eleva hacia la cumbre y a otros arroja hacia un abismo infinito y sin red. Los elevados a menudo se nos presentan como modelos de conducta, seres míticos que son aclamados por la gran minoría fluorescente y ruidosa. Los arrojados, sin embargo, no se nos presentan porque están lejos de la visibilidad, aunque, paradójicamente, tendrían mucho más que enseñarnos que los elevados. (Establezco esta comparación antitética sin ningún rigor ni meticulosidad, con el único fin de elaborar una metáfora visual y manejable). Entre los elevados y los arrojados está (¿estamos?) la inmensa mayoría de los mortales, unos más ruidosos que otros, pero, en suma, seres adaptados a su circunstancia, cuya insatisfacción es tolerable en dosis más o menos moderadas.

Simplificando deliberada y obscenamente una cuestión tan delicada, también podría decir que la insatisfacción, en una mente sin profundas heridas emocionales, hace caminar al cuerpo siempre hacia adelante; mientras que en una mente dañada y vulnerable, hace caer al cuerpo siempre hacia abajo.
[Añadir a este punto la variable circunstancial "exógena" de cada individuo aumenta de forma exponencial las posibilidades combinatorias que intento simplificar burdamente].

La insatisfacción no es como una aspirina, más bien es como un dolor de cabeza. La circunstancia es disponer o no de una aspirina, ser o no alérgico al acído acetilsalicídico, tener lengua para tragar la pastilla o saber que necesitas tomar una aspirina (entre otras múltiples opciones).Una cuestión fundamental es saber manejarse e incluso "mejorarse" pese al inconveniente sintomático; pero lo verdaderamente esencial es ser consciente de que el dolor de cabeza no es producido por la falta de aspirina.

domingo, 12 de octubre de 2014

Las flechas de Cupido

Sleeplessly embracing 
butterflies and needles line my seamed-up join... 
Encased in case I need it
In my stomach, for my heart... Chain mail
Hunger of the pine... (hunger of the pine)



Sleeplessly embracing / Yawn yearns into me
Plenty more tears in the sea / And so you finally use it
Bedding with me you see at night your heart wears knight armour

Hunger of the pine... 

I'm a female rebel   I'm a female rebel   I'm a female rebel
I'm a female rebel... female rebel

Sleeplessly / Embracing / You

Realization grew on me as quickly as it takes your hand to warm the cool side of the pillow. I'm there for you, be there for me. I'll hum the song the soldiers sing as they march outside our window

Hunger of the pine... (I'm a female rebel)

Sleeplessly / Embracing / Sleeplessly / Embracing / You

(Une immense espérance a traversé la terre)
(Une immense espérance a traversé ma peur)

[Alt-J: Hunger Of The Pine, 2014]

miércoles, 8 de octubre de 2014

Janos posmodernos

Hay personas que están en primera división. Se divisan de lejos, como las montañas, los picos, los montes más o menos elevados. Son seres elevados, elegantes, admirados por muchos, correspondidos o no, aclamados, requeridos, reclamados, amados, envidiados incluso. Personas que pueden despertar tanta admiración como recelo; seres que miran hacia ambos lados de su perfil: ¡seres míticos! que son capaces de amar y temer al mismo tiempo: herméticos cuando quieren; afables y cercanos con quienes quieren. Seres que observan desde lo alto pero sin presunción, por estar en lo alto, en la cumbre de su pico y gravitando sobre su propio eje inalterable y reposado, asentado y firme, en equilibrio perfecto. Malabaristas del saber estar en el tiempo y del saber hacer en la forma. Oportunistas bien intencionados por saber hallar la ocasión perfecta para marcar el mejor gol. Alguna vez se les ha visto con otros seres de segunda o tercera división, haciendo creer que en sus mañas forman parte de la medianía, pero no se engañen: Fueron seres nacidos para la luz, como el resto de los mortales, y ahora son seres alentados para la luz que, lógicamente, proyectan mil sombras. 

martes, 7 de octubre de 2014

La Gran Niveladora

Ayer por la tarde se constató el primer contagio del virus ébola en Europa, más concretamente en Madrid, marca Spain, sello toro-turismo y tele-mierda. Madrid, capital de Spain is different, capital europea de los chorizos con tar-jetas black y trajes que darían de comer a diez familias desahuciadas durante meses. Como otro capítulo de Los hombres de Paco, (de los más desternillantes, por cierto) o semejante al gato de voz atiplada que se mofa del “débo-la” a través de mensajes de “guasaaa-p”, pero esta vez en carne y hueso: el virus se ha hecho realidad tangible en este otro lado del mundo, ha traspasado la frontera de la ciencia ficción que suelen ser los otros (llámense africanos, llámese tercer mundo) y se han disparado todas las alarmas, encendido todos los focos, rasgado las vestiduras… (¿con razón?). 
Me sorprendo, sí, ¿cómo no, señor político?, me indigno soberanamente, señor consejero; me asqueo y se me revuelven las tripas, don directivo iletrado, ante la falta de previsión y recursos –nueva y dolorosamente- de este desgobierno o panda de desinformados carentes de autocrítica que venden a sus madres por un puñado de eufemismos con los que desviar la atención mediática… Me asqueo y se me revuelven las tripas, don usted, ante esta panda de ignorantones que manejan nuestros hilos al albur del viento que les sople en la cara o a cambio de un fajo de billetes, de un sueldo suculento y una pensión vitalicia. Me asqueo y se me revuelven las tripas, señor usted, ante tanto pijo indolente que en vez de pensar, de indagar, de sopesar alternativas, de buscar buenas soluciones, de consultar a expertos, de anteponer lo importante a lo accesorio, de PREVER y PROVEER, de invertir dinero en lo esencial y prioritario, se rigen por la ley del mínimo esfuerzo y se van de rositas de la escena del crimen que ellos mismos han perpetrado... 

No quiero caer en la generalización, ¡detesto las generalizaciones!, pero a veces, y sobre todo en estos asuntos, es inevitable. Confío, quiero/deseo creer, en que haya gente competente, concienciada, que luche por mejorar las cosas y que se implique realmente en su trabajo, pero siento que esta es, para muchos, la gota que colma el vaso.

Recomiendo la lectura de esta CARTA remitida por un enfermero del Hospital La Paz, (está fechada el 10 de agosto)
También recomiendo este AUDIO para más información sobre el ébola.

La muerte (o su antesala en forma de enfermedad letal) es siempre la gran niveladora.

viernes, 3 de octubre de 2014