"A finales de 1876, el profesor Franz Boll (1849-1879) descubrió que la capa externa de la retina posee un color púrpura. Halló que esta superficie se blanqueaba al ser expuesta a la luz, pero retomaba su color original en la oscuridad. Este color púrpura, que Boll llamó sehpurpur (púrpura del ojo), desaperece inmediatamente después de la muerte"

viernes, 30 de marzo de 2012

Una combinación dinámica

Cuando el rojo y el verde se combinan dentro de una composición estática, parecen moverse. Lo mismo ocurre con el rojo y el azul. Todos hemos jugado de pequeños con este efecto visual de contraste entre colores complementarios especialmente saturados; al menos yo recuerdo haberme detenido una y mil veces ante imágenes de estas características, donde el rojo se peleaba con el azul o con el verde y ambos no dejaban de parpadear hasta crear una mezcla violenta que conseguía marearme por completo… Constituían imágenes hipnóticas porque el contraste o la ausencia parcial de armonía termina siempre atrayendo nuestra mirada. Muchos publicistas han jugado con este efecto para hacer de los envoltorios de sus productos un objeto esencialmente estimulante y atrayente. En las estampas que nos brinda la cotidianidad a menudo también se aprecian estos contrastes cromáticos sorprendentemente bellos. Como muestra, un botón.

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