de ondas que pasan,
de olitas temblorosas
que fluyen y se alcanzan.
La vida hoy tiene el ritmo de los ríos,
la risa de las aguas
que entre los verdes junquerales corren,
y entre las verdes cañas.
Sueño florido lleva el manso viento;
bulle la savia joven en las nuevas ramas;
tiemblan alas y frondas,
y la mirada sagital del águila
no encuentra presa… treme el campo en sueños,
vibra el sol como un arpa.
¡Fugitiva ilusión de ojos guerreros,
que por las selvas pasas a la hora del cenit: tiemble en mi pecho
el oro de tu aljaba!
(…)
A. Machado
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