"A finales de 1876, el profesor Franz Boll (1849-1879) descubrió que la capa externa de la retina posee un color púrpura. Halló que esta superficie se blanqueaba al ser expuesta a la luz, pero retomaba su color original en la oscuridad. Este color púrpura, que Boll llamó sehpurpur (púrpura del ojo), desaperece inmediatamente después de la muerte"

viernes, 10 de junio de 2011

Los riesgos de la infoxicación

Hace poco cayó en mis manos un pequeño artículo titulado: ¿Estás infoxicada? Me detuve a leerlo porque me llamó poderosamente la atención este neologismo: INFOXICACIÓN, formado por las palabras información e intoxicación. Más o menos venía a decir que nuestra capacidad de consumir y asimilar información es limitada, al igual que nuestra atención, y por tanto, al estar sobreexpuestos a una cantidad ingente de datos derivados de los múltiples medios audiovisuales que tenemos a nuestra disposición corremos el riesgo de padecer estrés y ansiedad informativa, es decir, corremos el riesgo de necesitar estar permanentemente conectados a esos medios de información que nos saturan de datos, y, lo que es peor, de no poder asimilar esa información con coherencia y detenimiento.


Ante estas situaciones cada vez más frecuentes de infoxicación, en un contexto cada vez más virtual, deberíamos plantearnos seriamente la importancia que tiene hoy en día la educación mediática. No soy de los que creen que es preciso educar en los nuevos medios para plantarles cara u oponerse a ellos, sino para saberlos manejar con madurez, moderación y coherencia. En este asunto, como en la mayoría concernientes a la educación, no se puede imponer un único modelo para todos los alumnos, porque cada uno de nosotros tenemos una forma muy particular de asimilar la información (no solo proveniente de los medios digitales, sino de cualquier canal comunicativo) y porque no a todos nos sienta bien tomar la misma dosis de información al día. Es preciso poner el acento en la diversidad de modos de entender la vida, de asimilar conceptos y emociones, y de realizar acciones. Pretender que, con una educación mediática pertinente, tanto niños como adultos acabemos siendo expertos en el dominio de las nuevas tecnologías de la información y la comunicación es como pretender que con un buen entrenamiento diario acabemos siendo todos –tanto niños como adultos- deportistas de elite. Es necesario, e incluso imprescindible, educar en los nuevos medios, pero también hay que saber cuándo es pertinente dejar de insistir en el uso de la herramienta digital para evitar el abuso que de ella se puede llegar hacer, en un contexto ya de por sí infoxicado.

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