Por tanto, aunque la apreciación del color no pueda estandarizarse, sí se han hecho a lo largo del tiempo diversas asociaciones simbólicas entre un color y un elemento de la naturaleza, o se le han dado distintos significados a un color, dependiendo de la emoción que despierta su visualización o de la impresión subjetiva que nos transmite:
El amarillo es el color del sol, de la luz y de la intuición que nos ilumina en un breve espacio de tiempo. Es el color del oro, de la riqueza y de la abundancia. Nos transmite fuerza, poder y energía, y nos procura placer. Sin embargo, también es el color de la envidia, de la ira y la traición. En ocasiones se le asocia con la mala suerte, sobre todo en el contexto teatral.


(…el sol ilumina para unos pocos y quema para el resto…)
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