Por tanto, aunque la apreciación del color no pueda estandarizarse, sí se han hecho a lo largo del tiempo diversas asociaciones simbólicas entre un color y un elemento de la naturaleza, o se le han dado distintos significados a un color, dependiendo de la emoción que despierta su visualización o de la impresión subjetiva que nos transmite:
El amarillo es el color del sol, de la luz y de la intuición que nos ilumina en un breve espacio de tiempo. Es el color del oro, de la riqueza y de la abundancia. Nos transmite fuerza, poder y energía, y nos procura placer. Sin embargo, también es el color de la envidia, de la ira y la traición. En ocasiones se le asocia con la mala suerte, sobre todo en el contexto teatral.
5.30 AM. Bali. A tiempo de ver salir el sol. No he conocido a nadie que se ría más que mi amigo Ratji, el pescador. Pícaro, parlanchín y amigo de cualquiera que ponga ojos de escuchar. Me sirve una copa de Cutty Sark y me señala el amanecer. Descalzo, ceremonioso, empieza a bailar. Mientras, el sol se levanta y le bendice.
(…el sol ilumina para unos pocos y quema para el resto…)
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