Aun visualizándolo, cree que nunca podrá llegar a puerto. Puerto Metafísico, se dice. En mi mente, casi todo es irrealizable, como una densa niebla que destiñe colores y hace inverosímil la forma de cualquier objeto cercano...
Interpone una barrera translúcida entre los propósitos postergados y su capacidad de acción. Se confecciona laboriosamente todo un repertorio de angustias y excusas, a modo de muro de contención, para no darse de bruces con las promesas delirantes que un día se lanzó a la cabeza. Ya no me creo, repite desganado. Nada. Pero al mismo tiempo, vuelve a pegar con cinta adhesiva esas ocurrencias sobre el entramado de su muro de contención. Cada día se asemeja más este muro de papel a una pared. Ahora solo queda pintar una puerta.
"A finales de 1876, el profesor Franz Boll (1849-1879) descubrió que la capa externa de la retina posee un color púrpura. Halló que esta superficie se blanqueaba al ser expuesta a la luz, pero retomaba su color original en la oscuridad. Este color púrpura, que Boll llamó sehpurpur (púrpura del ojo), desaperece inmediatamente después de la muerte"
sábado, 18 de enero de 2014
miércoles, 15 de enero de 2014
Interludio XII
"Hay hombres para quienes la vida es de una facilidad extraordinaria. Son algo así como una esfera que rueda por un plano inclinado, sin tropiezo, sin dificultad alguna.
¿Es talento, es instinto o es suerte? Los propios interesados aseguran ser instinto o talento; sus enemigos dicen casualidad, suerte, y esto es más probable que lo otro, porque hay hombres excelentemente dispuestos para la vida, inteligentes, enérgicos, fuertes y que, sin embargo, no hacen más que detenerse y tropezar en todo.
Un proverbio vasco dice: El buen valor asusta a la mala suerte. Y esto es verdad a veces..., cuando se tiene buena suerte."
[Zalacaín el aventurero. Fragmento]
viernes, 10 de enero de 2014
Azul místico IX
[…]
Así fue como Julián dio por sentado que, abriéndose camino entre la intrincada maraña de su imaginación, el cuadro de Puerto Metafísico había comenzado felizmente a existir. Pero cuando fue a mirar de nuevo la tela en blanco, se dio cuenta de inmediato de que continuaba sin saber por dónde empezar. ¿Por el azul intenso del cielo? ¿Por un barco que atracaba en un puerto que no acertaba a imaginarse? Sin puerto, ni el cielo ni el barco tenían demasiado sentido. Hizo un último esfuerzo por imaginar el puerto y lo único que logró fue evocar imágenes del pasado que se estrellaron en su cabeza como aviones llovidos de un cielo intensamente azul. Entonces, se consoló diciéndose que aquél sin duda no era su día pero que no pasaba nada grave, ya que después de todo nadie iba a enterarse.
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lunes, 6 de enero de 2014
Interludio XI
A veces lo piensa; coge un periódico mal doblado y se sienta encima. No sabe muy bien cómo reaccionar ante la gente que está a su lado comiendo de más y bebiendo vino. No sabe cómo comportarse estos días ni de qué hablar, y a veces piensa que no sabe comportarse a secas. Por eso solo mira atónito a la gente que viene y va por las calles encendidas. Sin preguntar. Coge un periódico mal doblado y se sienta en la barra de una cafetería. No entiende muy bien de qué va el asunto de la navidad ni del año nuevo ni de las compras compulsivas de última hora. Sólo le han encargado un regalo, pero no consigue recordar para quién era.
(...)
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lunes, 23 de diciembre de 2013
Lucha de egos V
Nunca vas a poder bailar al son que quieran los demás: siempre habrá gente que prefiera unos pasos en vez de otros; también estarán quienes pretendan que te quedes parado sin rechistar o quienes te obliguen a dar saltos como un tonto para llamar la atención. Habrá gente que prefiera un vals, otros optarán por unos pasos de salsa y otros querrán que les bailes un tango en condiciones… Mientras tanto, aturdido, terminarás por salir de la pista de baile pensando en todos los bailes que sabes bailar y en ese que te gusta tanto… Cogerás un espejo que refleje toda tu figura y, situándote delante, a pocos metros de distancia, comenzarás tu gran actuación. Ya sin público que aplauda cada uno de tus movimientos, contarás números despreocupado con los pies... Todo te resultará extrañamente fácil: un dejarse fluir en el tiempo estancado de la experiencia estética sin poses ni adornos. Ese tiempo detenido dará sentido a tanta lucha de egos cotidiana. Será como tu pequeño sitio de recreo, nieve y abismos incluidos. Y cuando de nuevo surja el conflicto y no sepas qué o con quién bailar, serás plenamente consciente de que podrás equivocarte con gusto y sin remordimientos.
* * *
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miércoles, 11 de diciembre de 2013
Mezcla de colores
Mezcla de colores. Perfiles. Ruidos... Pasar de sólido a nube, de nube a gota. Todo en uno. Ligero y cálido, como en una pluma. Flashbulb Eyes de fondo, y una certeza en la mano. Maraqopa de principio a fin, haciendo escala en la nueve. Las pistas de una vida que habla en otra dirección, sumergida y breve. Confundiendo afectos, heredando musas. Desprevenido. Lento. A la deriva emocional.
Mezcla de colores. Aromas. Telas... Pasar de nube a gota, de gota a cielo. Todo en uno. Sencillo y cálido, como de costumbre. Flashbulb Eyes de fondo, y una sombra en la mano. Maraqopa de principio a fin, haciendo escala en la siete. Las pistas de una vida que habla en otra dirección, detenida y leve. Confundiendo gestos, heredando musas. Desprevenida. Lenta. A la deriva emocional.Mezcla de colores. Sonidos. Huellas... Pasar de sólido a nube, de gota a nube. Todo en uno. Distante y cálido, como en equilibrio. Flashbulb Eyes de fondo, y una sonrisa en la mano. Maraqopa de principio a fin, haciendo escala en la tres. Las pistas de una vida que habla en otra dirección, delicada y breve. Confundiendo notas, tecleando sueños. Desprevenida y lenta. A la deriva.
lunes, 9 de diciembre de 2013
Los riesgos de la infoxicación (Tercera parte)
Se veía venir.
No hace falta saber demasiado: sólo con ser un poquito observador uno detecta el problema de lejos…
Ahora lo llaman nomofobia, neologismo formado por la expresión no mobile phone phobia… En fin, hasta el nombre suena mal. Tener miedo a salir de casa sin el móvil, o a que se le agote la batería en el momento menos indicado, o a perderlo con todo su universo virtual dentro. Depender patológicamente de un aparatito que hasta hace bien poco sólo servía para llamar y mandar mensajes breves... Son los vicios del siglo XXI, las nuevas adicciones que se ceban en adolescentes inseguros y niños malcriados… Los nuevos yonquis de la realidad online. ¿Quién no se ha fijado en esos grupos de tres o cuatro chavalitos aparentemente majos que permanecen sentados en la mesa de un bar sin dirigirse la palabra? ...esos que únicamente miran a sus teléfonos móviles y toquetean compulsivamente la pantallita, entretenidos, -muy entretenidos-, en sus cosas virtuales. Me llama la atención el asunto. ¡Realmente es fascinante! Puedo imaginarme el futuro… (aunque no me interese).
Esta nueva adicción, esta estúpida dependencia a un aparato portátil, ligero, que te informa y evade de todo, que consume energía, tiempo y dinero, está y seguirá estando socialmente aceptada porque es la inmensa mayoría (o esa minoría ruidosa) la que la padece. Así de simple. Todavía quedan algunos, bastantes, –me consta–, que conservan esos móviles con los que únicamente puedes llamar y enviar sms’; son los que se resisten a ser imbuidos por la manía de tener que estar permanentemente "disponibles" con la bombillita en verde… (¡eh!, sí, estoy aquí, ¡hazme caso que me aburro!). También los hay que, aun teniendo ese magnífico teléfono inteligente, son capaces de prescindir de él en determinadas ocasiones o, sencillamente, silenciarlo para ignorar por un tiempo que están permanentemente localizados y disponibles para entablar cualquier tipo de conversación con cualquier tipo de persona… (Brindo por ellos).
Se suele decir que el aparato en sí no es el culpable, sino el mal uso que se hace del mismo. Y es cierto, como todo, (o casi todo). Quizá el quid de la cuestión sea entender cuándo una persona es lo suficientemente madura emocional e intelectualmente para saberle dar un buen uso a algo potencialmente adictivo.
Probemos a enseñarle a fumar a un niño de nueve años y preguntémosle después de un tiempo si ha sabido darle buen uso a las cajetillas de tabaco que le hemos suministrado mensualmente… ¡Ah!, pero, no, claro: el tabaco en sí es malo, luego, no sirve como analogía. Probemos con otro objeto potencialmente adictivo... (Se admiten sugerencias).
* * *
No hace falta saber demasiado: sólo con ser un poquito observador uno detecta el problema de lejos…
Ahora lo llaman nomofobia, neologismo formado por la expresión no mobile phone phobia… En fin, hasta el nombre suena mal. Tener miedo a salir de casa sin el móvil, o a que se le agote la batería en el momento menos indicado, o a perderlo con todo su universo virtual dentro. Depender patológicamente de un aparatito que hasta hace bien poco sólo servía para llamar y mandar mensajes breves... Son los vicios del siglo XXI, las nuevas adicciones que se ceban en adolescentes inseguros y niños malcriados… Los nuevos yonquis de la realidad online. ¿Quién no se ha fijado en esos grupos de tres o cuatro chavalitos aparentemente majos que permanecen sentados en la mesa de un bar sin dirigirse la palabra? ...esos que únicamente miran a sus teléfonos móviles y toquetean compulsivamente la pantallita, entretenidos, -muy entretenidos-, en sus cosas virtuales. Me llama la atención el asunto. ¡Realmente es fascinante! Puedo imaginarme el futuro… (aunque no me interese).
Esta nueva adicción, esta estúpida dependencia a un aparato portátil, ligero, que te informa y evade de todo, que consume energía, tiempo y dinero, está y seguirá estando socialmente aceptada porque es la inmensa mayoría (o esa minoría ruidosa) la que la padece. Así de simple. Todavía quedan algunos, bastantes, –me consta–, que conservan esos móviles con los que únicamente puedes llamar y enviar sms’; son los que se resisten a ser imbuidos por la manía de tener que estar permanentemente "disponibles" con la bombillita en verde… (¡eh!, sí, estoy aquí, ¡hazme caso que me aburro!). También los hay que, aun teniendo ese magnífico teléfono inteligente, son capaces de prescindir de él en determinadas ocasiones o, sencillamente, silenciarlo para ignorar por un tiempo que están permanentemente localizados y disponibles para entablar cualquier tipo de conversación con cualquier tipo de persona… (Brindo por ellos).
Se suele decir que el aparato en sí no es el culpable, sino el mal uso que se hace del mismo. Y es cierto, como todo, (o casi todo). Quizá el quid de la cuestión sea entender cuándo una persona es lo suficientemente madura emocional e intelectualmente para saberle dar un buen uso a algo potencialmente adictivo.
Probemos a enseñarle a fumar a un niño de nueve años y preguntémosle después de un tiempo si ha sabido darle buen uso a las cajetillas de tabaco que le hemos suministrado mensualmente… ¡Ah!, pero, no, claro: el tabaco en sí es malo, luego, no sirve como analogía. Probemos con otro objeto potencialmente adictivo... (Se admiten sugerencias).
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lunes, 25 de noviembre de 2013
Azul místico VIII
Ayuda a mantener limpia tu ciudad.
CENICERO DE USO PÚBLICO
GENTILEZA DE:
AZUL
El silencio que sucede
a la sorpresa
acompaña a nuestros soportes publicitarios
lunes, 18 de noviembre de 2013
Lucha de egos IV (o Negando la muerte)
Hace poco leí que la ficción de eternidad en la que vivimos termina por volvernos locos. Más de uno me dirá que esto es bastante obvio, pero apenas se habla de ello últimamente. Como dije en otra ocasión, parece que en estas sociedades ultramodernas en las que nos movemos poco importa la muerte o demás “excepciones” en que se han convertido acontecimientos terriblemente habituales como la enfermedad, el despropósito o cualquier tipo de catástrofe natural. Nos hemos habituado a considerar que la vida permanece en una especie de despreocupada juventud, por todo lo que nos lanzan los medios, por todo lo que nos han enseñado desde niños, de un modo muy sutil y creo que sin querer... Seguimos considerando la muerte como un accidente, como algo evitable. Sí, sí, ya sé que muchos dirán que eso no es así, que la gente es plenamente consciente de que tarde o temprano va a morir en mejores o peores circunstancias, pero si esto fuera cierto creo que ya se habría desmontado hace tiempo este modelo de sociedad en el que vivimos basado precisamente en esa idea de eterna permanencia...
Uno de los motores del consumismo exacerbado (que no el único) es la negación de la propia muerte. Si viviésemos para siempre o durante una buena y prolongada temporada, tendríamos que cuidar más de nuestras “cosas”, de todas las pertenencias que hemos acumulado con el paso del tiempo (vivienda, coche, electrodomésticos, dispositivos móviles inteligentes...). Nos volveríamos más codiciosos, más competitivos y estaríamos constantemente necesitando nuevos artilugios para entretenernos... Lucharíamos con ímpetu por mantener a flote nuestro modus vivendi, por defender a capa y espada nuestra imagen social, nuestro prestigio y valía, nuestros logros profesionales y sentimentales... Todas nuestras responsabilidades se harían gigantescas. Cada grano de arena se convertiría en un saco de cemento, y todo lo pequeño cobraría dimensiones monstruosas…
Uno de los motores del consumismo exacerbado (que no el único) es la negación de la propia muerte. Si viviésemos para siempre o durante una buena y prolongada temporada, tendríamos que cuidar más de nuestras “cosas”, de todas las pertenencias que hemos acumulado con el paso del tiempo (vivienda, coche, electrodomésticos, dispositivos móviles inteligentes...). Nos volveríamos más codiciosos, más competitivos y estaríamos constantemente necesitando nuevos artilugios para entretenernos... Lucharíamos con ímpetu por mantener a flote nuestro modus vivendi, por defender a capa y espada nuestra imagen social, nuestro prestigio y valía, nuestros logros profesionales y sentimentales... Todas nuestras responsabilidades se harían gigantescas. Cada grano de arena se convertiría en un saco de cemento, y todo lo pequeño cobraría dimensiones monstruosas…
¿Les suena este panorama?Algo me dice que así es como nos quieren hacer ver la vida quienes realmente sostienen, defienden y promueven esta desajustada percepción de la realidad. Es la nueva religión inoculada desde no se sabe muy bien dónde y por no se sabe muy bien quién y de la que, desgraciadamente –o no–, casi todos somos partícipes.
domingo, 10 de noviembre de 2013
Interludio IX
me abraza cada vez más tiernamente.
Me hunde en una suave
y despreocupada inexistencia.
Me pierdo en el tiempo y mi mente
se serena.
Al otro lado del cabo del mundo,
el mundo continúa existiendo.
Al otro lado del cabo del mundo,
continúa existiendo sin mí.
Como una sencilla y antigua ceremonia,
los días pasan,
pasan al lado de la ola.
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miércoles, 6 de noviembre de 2013
Los sentidos del mundo

[R. A.]
domingo, 3 de noviembre de 2013
La vida es lo que haces mientras mueres
Abro una revista y leo: cómo rejuvenecer tu cerebro. Paso página y sigo: claves para rejuvenecer tu piel. Enciendo una pantalla y me aparece una fulana bien vestida y maquillada hablándome en clave. Suma y sigue. Anuncios en tres dimensiones, colores brillantes que ciegan, imágenes en movimiento que cautivan. La vida virtual se folla a la real y luego la devuelve en fragmentos desordenados. Jóvenes y guapas de cincuenta años. Vive y ama sin límites. Adorando el cambio pero permaneciendo joven. Deshazte de cada uno de los signos que te indiquen que estás envejeciendo: di NO a las arrugas, di NUNCA al cansancio. Todos juntos al unísono: ¡SIEMPRE JOVEN Y GUAPA! ¡SIEMPRE JOVEN Y GUAPA! ¡SIEMPRE JOVEN Y GUAPA! Piensa que a los hombres se les permite envejecer porque ellos han comprado el billete de ida con descuento para el de vuelta. En los hombres la arruga es bella y, como el vino, dicen que envejecen con clase, aunque en realidad es la mirada benevolente de la mujer lo que motiva esta percepción: ella troca el plomo en oro cuando está con él. La dictadura de los cánones estéticos promovida desde fuera y alimentada desde dentro. De fuera a dentro. Como siempre. De siempre, de ahora más que nunca. Vive y ama sin límites porque tienes la obligación, tú, mujer, de ser joven y guapa hasta la sepultura.
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